La astrología es un lenguaje de energía. Aunque existen distintas
escuelas astrológicas, todos los astrólogos están de acuerdo en que hay una
conexión entre el cosmos y la
Tierra , que existe una relación entre el momento del
nacimiento de una persona y las posiciones del Sol, de la Luna y de los planetas en el
firmamento.
Un análisis
astrológico es un lenguaje cósmico que se refiere a la esencia de la naturaleza
humana y que siempre permanece igual a pesar de las alteraciones que puedan
experimentan las civilizaciones y culturas de nuestro planeta.
La carta astral es un
mapa del cielo , excepto que
también incluye la mitad invisible del cosmos que quedaría por debajo del
horizonte. Simbólicamente, el círculo central del mapa representa la Tierra , donde nos
encontramos nosotros. A nuestro alrededor, los doce signos del zodiaco forman
una banda circular a lo largo de la elíptica, ocupando cada uno un espacio
fijo de 30 grados.
Dentro de este espacio se mueven los planetas, pasando, a
distintas velocidades, de un signo al siguiente en circuitos ininterrumpidos. Empezamos en el Ascendente que, simultáneamente,
señala el signo que corresponde a la
Casa 1. A
partir de allí, el horóscopo se divide en doce segmentos, llamados casas, que
corresponden a las diferentes esferas de la vida cotidiana.(leyendo de izquierda a derecha)
La carta astral se
puede también entender como un mapa de la situación kármica del alma. La ley
universal del karma dicta que cada acción tiene su reacción, y los planetas
pueden considerarse como las manos de un complejo reloj cósmico que nos indica
«la hora kármica». Así pues, el horóscopo es una representación simbólica de la
suma de nuestras actividades pasadas que forman la base de la existencia física
y psíquica actual.
Un análisis de la situación astral revela los puntos fuertes
y débiles en la encarnación actual y nos puede ayudar a ver dónde darán frutos
fácilmente nuestros esfuerzos y en qué aspectos hay que cultivar tolerancia y
paciencia para superar con éxito las dificultades, las tensiones y los
obstáculos. No obstante, debemos siempre recordar que los planetas inclinan, no
obligan. Es nuestra actitud, la que determina el resultado, porque:
En un velero, son las velas y no los vientos
los que determinan la
dirección del viaje.
Por lo tanto,
nuestro carácter es nuestro destino, o sea que el conocimiento y la voluntad
nos permiten gobernar los planetas gracias a ese carácter inherente.
Un análisis
astrológico puede tener diferentes aplicaciones. En primer lugar, es un método
para profundizar el conocimiento sobre nuestro propio cuerpo sutil, nuestra
psique. A veces nos sorprende cómo nos comportamos o la manera en que
reaccionamos, o nos cuesta aceptar un rasgo de nuestro carácter que no parece
estar de acuerdo con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una consulta
astro-psicológica puede iluminar esos fenómenos y aclarar aparentes
contradicciones.
Mediante el análisis
de los tránsitos durante un periodo determinado, podemos apreciar las
influencias planetarias que nos afectan positiva o negativamente y prepararnos
para ello.
Otra aplicación es
averiguar el grado de compatibilidad con otra persona, especialmente cuando
tenemos una relación íntima con ella, como puede ser el caso de un cónyuge o un
hijo. A través de la astrología podemos apreciar cómo fluyen las energías entre
nosotros: cuáles son las áreas donde existe un flujo armonioso y productivo, y
en qué aspectos las energías interfieren, causando tensión y frustración.
Las aplicaciones del
conocimiento astrológico son muy variadas y dependen de las necesidades de cada
uno. Debido a que cada persona es una entidad muy compleja, no se puede esperar
que una interpretación del mapa astral vaya a abarcar la totalidad del
carácter, y eso menos si no se conocen las circunstancias particulares del
individuo. Por lo tanto, se recomienda acudir a una consulta personal que
permita al astrólogo enfocar el análisis con más precisión.
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